La estrategia de subcontratación se convirtió en una parte intrínseca de la economía empresarial internacional en la década de 1990 después de ganar popularidad mundial en ese momento. Outstaffing, o subcontratación, significa contratar a un proveedor o empresa externa para realizar servicios específicos. Es un término más antiguo que subcontratación y generalmente se refiere a situaciones en las que una tarea no se puede manejar internamente.
Las empresas subcontratadas o los empleados trabajan en estrecha colaboración con los proveedores hasta el final del proyecto. Por otro lado, un contratista es responsable de los resultados del proyecto y no está obligado a cooperar con el empleador diariamente en el proceso. Por lo tanto, la subcontratación se encarga de todo el proyecto, mientras que la subcontratación significa contratar personas para trabajar de forma remota.
La subcontratación a menudo se considera parte de la subcontratación, pero no lo es. Outstaffing es firmar un contrato a largo plazo para recibir apoyo profesional en un campo específico durante un período prolongado de tiempo. Nos permite aumentar la eficiencia de determinadas actividades y, al mismo tiempo, reducir los costes de la empresa.
En conclusión, la principal diferencia entre outsourcing y outsourcing es que este último es la delegación de ciertas funciones con un enfoque en el resultado. La subcontratación nunca es una transferencia completa de tareas, ya que involucra a los trabajadores para realizar tareas específicas. Tanto la subcontratación como la subcontratación son muy populares en la industria de TI. La mayoría de las empresas de TI conocidas tienden a recurrir a estas dos estrategias.