Publicado por Pierre-Nicolas Schwab el 11 de febrero de 2022
El metaverso fue el neologismo de moda a finales de 2021. Anunciado a bombo y platillo por Mark Zuckerberg, quien ve el futuro de Internet, el metaverso podría terminar siendo solo una gran estafa intelectual. Las profecías de los gigantes tecnológicos no siempre se hacen realidad. La moneda virtual de Facebook, los parlantes conectados, las gafas conectadas son todas «revoluciones» que nunca tuvieron lugar. Se han tragado las esperanzas de los inversores que buscan la próxima gran tendencia. El metaverso, ya mucho menos popular que su antecesor de «segunda vida», solo podía ser un señuelo para mantener una burbuja tecnológica. La visión del metaverso de Mark Zuckerberg, estoy seguro, no se realizará.
Resumen
La solución más sencilla siempre atrae al ser humano
En un artículo reciente publicado en Medium, Joel Stein traza un paralelo entre el futuro del metaverso y el de 3D. Estrenada en los cines en 1953, solo tuvo un éxito esporádico con el estreno de películas icónicas (Tiburón, Avatar). Stein atribuye esta falla a la capa de tecnología que «complica» la experiencia. Las personas se sentirían atraídas por la simplicidad de la experiencia incluso si el producto no es perfecto. En otras palabras, debe haber la menor «fricción» posible; la experiencia debe ser lo más simple posible para ser “consumida”.
En video, YouTube se ha convertido en la plataforma de referencia a pesar de la mala calidad de algunos contenidos. Tik Tok atrae el favor de los jóvenes con clips cuya calidad se aleja de los cánones del cine. La historia siempre primará sobre el packaging.
Hay que aceptar que, para los usuarios, la sencillez y la narrativa priman y priman sobre el artificio (3D, 4D, 4K, 8K, etc.). La experiencia debe ser simple, y eso es exactamente lo que ofrece YouTube. Desde su creación, Netflix también entendió esto y soñó con lanzar el mejor contenido para un usuario sin ninguna acción por su parte. Los algoritmos de recomendación son la piedra angular de esta estrategia, cuyo objetivo es reducir la distancia entre el contenido y el consumidor.
A partir de 3 años: los altavoces conectados ya no son un éxito
Esta búsqueda de la sencillez explica en parte el fracaso de los altavoces conectados. En 2019 ya me preguntaba sobre la moda en torno a estos dispositivos. ¿Qué podrían aportar como valor añadido a sus usuarios? Siempre será más fácil hacer un pedido con tu smartphone que con un altavoz conectado.
El interés se desvanece tras la locura de los primeros meses y el efecto navideño (ver gráfico a continuación). Mire, por ejemplo, la evolución de las búsquedas en línea de 2 de los parlantes inteligentes más famosos: Google Home y Amazon Echo. Año tras año, el pico navideño desciende, y en 2022 el interés está en mínimos históricos. Al final, el fenómeno de los altavoces conectados habrá tardado 4 años en colapsar.
A pesar de las predicciones más optimistas, creo que el metaverso seguirá los pasos de los altavoces conectados.
¿Es el metaverso solo un universo construido para inversores?
No creo en la generalización del metaverso. No se producirá una revolución planetaria a la escala del teléfono inteligente o Facebook. Al menos no en la forma con la que sueña Zuckerberg, y menos con un visor de realidad virtual enroscado en la cabeza. Para estar convencido de esto, basta tener en cuenta 2 aspectos: los obstáculos para el uso del metaverso por un lado y una perspectiva histórico-tecnológica por el otro.
Barreras para el uso generalizado
Navegar por el metaverso imaginado por Zuckerberg no será fácil. Primero el equipo (computadora, casco de realidad virtual) luego la “navegación” en este universo paralelo. «Entrar en el metaverso» no se puede hacer por capricho. El equipo siempre será un obstáculo. A diferencia de un teléfono inteligente, su casco de realidad virtual no podrá acompañarlo a todas partes.
Mark Zuckerberg ha tomado algunas precauciones en las últimas semanas, diciendo que crear su visión para el metaverso tomaría al menos 10 años. Templa así la impaciencia de los inversores que aún buscan rentabilidad. Su discurso de diciembre de 2021 habrá tenido el mérito de poner de moda la palabra “metavers”. Las búsquedas de Google se han disparado (ver más abajo).
Hace unos meses denuncié la doble burbuja tecnológica y financiera en la que nos encontrábamos. Las últimas semanas me han dado la razón. Netflix perdió más del 20%; El meta ha bajado un 25 %… los inversores necesitan atesorar nuevos sueños para reinvertir, y el metaverso es esa nueva gallina de los huevos de oro. Al elogiar el metaverso, Zuckerberg quiere ganar tiempo y dar esperanza a los inversores.
El miedo a perderse la próxima revolución es un poderoso motivador para invertir e impulsar la innovación. Goldman Sachs valora el metaverso como un mercado de 8 billones de dólares. Este entusiasmo es contagioso. Las empresas emergentes se lanzan todos los días. Las empresas están gastando millones en terrenos virtuales,…
El Metaverso ya es mucho menos popular que Second Life
Pero bien puede ser que el metaverso no sea la revolución mundial anunciada. Basta con mirar hacia atrás 10 años para estar convencido. En este momento, «Second Life», el antepasado del metaverso, también tuvo su apogeo. En una inspección más cercana, surgen dos conclusiones. En primer lugar, el entusiasmo era mucho mayor por la «segunda vida». En segundo lugar, esta locura se desvaneció rápidamente.
El metaverso no sucederá
Los altavoces conectados siguen siendo dispositivos de los que los usuarios se han cansado. La realidad virtual, como el 3D, seguirá siendo una tecnología de nicho, pero es una ilusión pensar que se generalizará. No viviremos en el metaverso como el sueño de Mark Zuckerberg porque la experiencia que se ofrece siempre será complicada. No viviremos en el metaverso porque la experiencia “física” siempre tendrá algo más que la experiencia virtual. El metaverso, por supuesto, será tentado, encontrará aplicaciones con un público informado, pero no se impondrá como una tecnología de masas.
Este fracaso anunciado es saludable. Por un lado, debilitará a Meta y ayudará a desinflar la burbuja tecnológica. Por otro lado, las pérdidas de este tipo nos recuerdan que, en última instancia, los usuarios conservan el poder de decisión.
Palabras clave: red social
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